Besos…y
besos.
Hace unos días, una mañana como
muchas otras, atravesé la ciudad de San
José en automóvil por una de esas pocas vías bien cementadas con
las que contamos como acceso hacia el oeste de la ciudad; fui impactado por una escena que al principio,
no lo niego, me causó repulsión y asco y sin embargo no sé por qué, de
inmediato reflexioné en la experiencia de fondo que estaba ocurriendo.
Dos indigentes, un hombre tal vez
de 50 años aunque parecía mayor y una
mujer también con una edad semejante en extremo sucios por falta de limpieza,
de baño… se daban un beso. Me vino a la mente,
el intercambio inevitable de gérmenes, piojos, pulgas y todo lo
que compartían en ese momento.
Me percato en un instante del
cómo percibimos la experiencia cuando lo hacemos de manera superficial y de la
diferencia de percepción que podemos tener si ponemos un poco de atención…Jiddu
Krishnamurti, destacado pensador de la India lo expresaba así: “estar en estado
de alerta”.
A primera vista la información es
percibida como un relámpago, lo que capta mi propia experiencia de acuerdo a lo
que los ojos me transmiten, en el caso que nos ocupa sin embargo, al detenerme
en lo percibido, se amplía mi percepción y logro observar lo que en verdad
ocurría entre ellos. Efectivamente, lo que allí aparentemente estaba
sucediendo, no era tan solo el intercambio
de gérmenes, etc; ahí ocurría simultáneamente
algo que podríamos llamar, trascendente.
El beso fue sutilmente sellado
por ambos en sus labios. Me pareció fraterno, aunque probablemente tenía
también su connotación de pareja sexual.
Lo hicieron con el afecto de dos
personas que reconocen sus circunstancias,
aunque con cierto grado de inconciencia por el licor y las drogas que nos
impresionaba con solo verlos. En sus miradas noté cariño, complicidad,
ternura, como una necesidad de protección, era un beso de hasta luego... de nos
vemos más tarde.
Para ellos, sin embargo la
experiencia sin duda alguna es mucho más de lo que yo podría captar en tan
pocos instantes: parecían el uno para el otro.
Hay besos…y besos
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