Por Ricardo Vilchez Navamuel
La palabra reencarnación, es una
de esas palabras que uno podría considerar interesante e importante y que posibilita
discernir lo que hasta ahora hemos comprendido como la dimensión espiritual, y
que, desde hace relativamente pocos años se ha empezado a interpretar como el
nivel o la dimensión cuántica.
La espiritualidad podríamos
decir que es la búsqueda de lo que trasciende. El espiritualista es el buscador
de ello y lo espiritual entonces, es lo que trasciende. Por algo, el famoso
jesuita y filósofo Pierre Teilhard de Chardin decía “No somos
seres humanos viviendo una experiencia espiritual; somos seres espirituales
viviendo una experiencia humana’.
Si comprendemos que algo en nosotros ciertamente trasciende... entonces es muy posible que algo como lo que llaman reencarnación exista. Más aún, la mayoría de los sistemas religiosos han contemplado en sus dogmas y filosofías, que algo como esto exista.
Y aunque en sus primeros siglos
el cristianismo contemplaba y aceptaba como cierto la reencarnación, fue en el
año 543 que el emperador Justiniano, al parecer influido por su esposa Teodora,
decidió eliminar cualquier referencia a la reencarnación del Antiguo y el Nuevo
Testamento, aunque quedaron algunos textos sin excluir y que podemos leer
todavía en la biblia.
En mi caso particular después de
40 años de hacer regresiones puedo afirmar, sin temor a equivocarme, que algo
como lo que se conoce como reencarnación existe.
La “terapia de regresiones” como
se le conoce, permite al individuo que la hace acceder de manera muy vívida a
otros recuerdos de diferentes momentos de esta vida y de otras, aunque parezca
fantasioso. No importa si la persona cree o no en la reencarnación, las
experiencias son espontáneas y de ninguna manera inducidas, como lo comprendemos
los que practicamos esta terapia alternativa, tal y como lo afirma también el
mismo Brien Weiss.
Cuando la persona intenta resolver problemas e inquietudes de tipo espiritual, el resultado es muy positivo en relativamente muy poco tiempo.
Para finalizar dejo una reflexión de uno costarricense después de haber
hecho varias regresiones: “Las regresiones para
mi han sido, darme cuenta. Despertar del sueño, tomar conciencia de que no soy
un ser humano tratando de vivir una experiencia espiritual, sino que soy un ser
espiritual viviendo una experiencia humana. Que antes he encarnado a través de
las eras y hemos sido santos y asesinos, aprendiendo de la dualidad que
significa estar vivo, mi humanidad, que en esta vida y solo en esta vida, soy
yo y quien soy, no volverá a repetir más.
Estoy descubriendo mi propia inmortalidad en mi mortalidad
y sé, que un día este cuerpo morirá, pero mi ser espiritual volverá a la
esencia de donde proviene, colmado de experiencias y lleno sabiduría.
Aprendiendo que el significado de la vida no está en las cosas que acumulamos
sino en las experiencias que vivimos, ese es el gran tesoro que venimos a
descubrir.
A cada uno se nos dio un don junto con una tarea y ese don
y esa tarea es ser felices, en eso radica la iluminación. -Ser felices y al ser
feliz descubriremos el camino del Amor”.