martes, 10 de julio de 2012

UNA JOYA HISTÓRICA DE LA FOTOGRAFÍA



Por  Ricardo Vilchez Navamuel
10 de Julio de 2012

Gracias a una pesquisa que estoy realizando, tuve el placer de recibir de  parte de la Editora de la Revista de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica, Sra. María Fernanda Arguedas, un documento que es una verdadera joya histórica de la fotografía en nuestro país.

Se trata de un artículo titulado “La Alborada de la fotografía en Costa Rica: 1848-1869. Una contribución documental” del historiador don Guillermo Brenes Tencio y publicado en el número 113-114 (2006) de la Revista de Ciencias Sociales.

El documento  completo es invaluable y meticuloso y nos transporta  a la Costa Rica de ese tiempo a través de sus numerosas notas. En su introducción, muy acertadamente, menciona al daguerrotipo, primer procedimiento fotográfico sobre una superficie de plata. Este procedimiento fotográfico se debe a Louis Daguerre, nacido en Francia en 1787, quien  lo desarrolló y perfeccionó entre 1838 y 1840.

Pues entre las valiosas notas que nos narra   don Guillermo me encontré la siguiente pertinente a los daguerrotipos y  que transcribo literalmente del artículo:

“Desde Mediados del siglo XIX, en el entramado urbano capitalino, abrieron sus puertas varios talleres fotográficos-improvisados o permanentes- al frente de los cuales se encontraba un foráneo, que “anuncia” en la prensa al mismo tiempo que realiza retratos en diversos formatos: daguerrotipos y ambrotipos coloreados o “iluminados” a mano, en papel al bromuro, en vidrio, en porcelana y en charol.
Gracias a su “don de gentes”, vende desde primorosos álbumes finamente empastados (importados de Europa o de los estados Unidos), y un surtido de “fotografías mágicas” (las cuales al ser descubiertas dejaban ver reproducciones de afamadísimas obras de arte), hasta tarjetas de visita (retratos hasta donde el personaje suele salir de cuerpo entero), prendedores, delicadas cajas acolchadas con terciopelo monocromo o de piel repujada, sortijas, anillos, relicarios y estereoscopios recreativos.

Y, además, recorre en carromato – transportando su muestrario y un voluminoso y pesado instrumental – las prósperas haciendas cafetaleras en los verdes parajes de los alrededores de lo que otrora fuera la modesta “Villita de la >Boca del Monte”. Según una carta de don Maurilio Valverde, fechada en enero de 1948, algún daguerrotipista viajero – cuyo nombre y procedencia se desconoce -, se encontraba en San José

Enero 17 de 1848. El Padre Cecilio (Presbítero Cecilio Umaña) nos explicó lo que era el retrato, haciéndonos presente que nada malo tenía su procedimiento y dándonos su permiso para podernos retratar, lo cual hicimos con mucho miedo mi señora y yo. Todos se han retratado y las figuras salen de una lata, después de estar parado o sentado uno al sol un largo rato”.

Solamente quisiera agregar, que la carta de don Maurilio refleja probablemente el sentir  de todos aquellos costarricenses que por primera vez  se atrevían a hacerse un retrato y noto, haciendo una comparación, que probablemente ese temor  no fue muy diferente del que podemos sentir cuando manejamos por primera vez un automóvil.

Sobre este tema,  la historia de la fotografía en Costa Rica,  trataré de publicar algunas cápsulas informativas como la que hoy presentamos, pues me parece,  pueden ser  interesantes para el público en general.  Más información en mi actual  pág. https://www.facebook.com/fotografiaprofesionalcr

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