Ricardo
Vilchez Navamuel

No obstante mis convicciones democráticas y mi respeto a su
investidura, no dejo de expresarle, Señor Presidente, con mucho dolor
patriótico, mi profunda preocupación por
lo que ha estado pasando en Costa Rica durante la gestión de su gobierno. El nombramiento de algunos
ministros, la labor que ellos vienen desarrollando y el rumbo que le están
dando a su administración ministerial, vienen dejando una estela de
incertidumbre y malestar en varios sectores de nuestra sociedad, lo cual está
alterando el orden jurídico y social que ha regido la convivencia y paz de la población costarricense.
Sin embargo, lo que
más me ha preocupado, son las reacciones de la ciudadanía costarricense ante
las diferentes acciones suyas y de sus Ministros, las que han causado malestar, desesperanza,
indisposición hacia usted y su gabinete; reacciones que se materializan en los
graves acontecimientos, en calles y carreteras, de las últimas semanas, los
cuales ya tienen ribetes de violencia poco frecuentes en este país.
Todos estos acontecimientos que están pasando, siento yo, se deben a dos razones fundamentales: la
primera tiene que ver con las expectativas que usted mismo había generado
cuando afirmaba por ejemplo; “llevar
banda ancha y equipos a todas las
escuelas del país, incluidas las escuelas rurales” y su Ministro sale con “los baños neutros”,
conociendo usted y él mismo, el estado
de la infraestructura de muchas escuelas en Costa Rica. O cuando hablaba; “de cultura de respeto y de igualdad entre
niños y niñas”; entendía yo que se refería a todos los niños de Costa Rica
y no a algunos niños y niñas de nuestro país. Recuerda su discurso de triunfo cuando: “Llamó a la unidad nacional y aseguró que
trabajará para evitar exclusiones”; pues resulta ser que la ciudadanía
percibe que usted excluye, cuando no
se reúne con los pescadores, por ejemplo. Y dijo también; “Lo que ofrezco es trabajar, trabajar y trabajar duro para y por Costa
Rica, por todas las personas, por todas las familias y por todas las
provincias”, cosa que no se percibe por ninguna parte. Las encuestas lo
reflejan sin discusión
La segunda razón, a mi juicio, es que todo lo que está
aconteciendo en nuestra sociedad en los
últimos días es completamente de su
responsabilidad como cabeza del Poder
Ejecutivo. Usted pareciera sigue en campaña y no tiene necesidad de hacerlo.
Claramente sigue manifestándose con
predilección hacia las minorías que le dieron su triunfo y esto no es
absolutamente necesario. Produce mucha fricción.
No lo vemos a usted actuando como un Presidente de todo un
pueblo tal y como lo manifestó usted
mismo, sino más bien lo vemos, reiterando una y otra vez derechos de minorías
con lo que le aseguro a usted, la mayoría de los costarricenses estamos
totalmente de acuerdo.
La impresión que tenemos como ciudadanos, es que usted está
gobernando para algunos y no para todos los costarricenses y la responsabilidad
de esa percepción es toda suya, por sus actuaciones, por su discurso y por la defensa suya a ultranza, de algunos protegidos suyos.
Reitero que, y a diferencia de cómo lo exponen algunos medios
de que lo que acontece en Costa Rica se debe a
extrañas alianzas de diferentes grupos, etc, etc; las causas de la
zozobra, desazón, pérdida de confianza en usted y su gestión, recaen exclusivamente
en su persona como Presidente de la República, por sus decisiones, resistencia
al diálogo democrático, orgullo y prepotencia; así es como lo percibe la gran
mayoría de la ciudadanía.
Demuestre con hechos, con humildad, que es el Presidente de todos,
le sugiero empezar con la destitución de
su Ministro de Educación, causante del levantamiento y protestas de
estudiantes, preocúpese de como
reactivar la economía, hable con los empresarios del turismo, escuche a los transportistas, escuche a la
ciudadanía, a los agricultores, etc. Interprete
el sentir de todos los ciudadanos, gobierne para todos, haga que los
costarricenses lo sintamos. Así evitará desorden y caos y estará haciendo un
bien a Costa Rica, el pueblo quiere vivir en paz y progreso.