sábado, 28 de septiembre de 2019

DE PATRIOTAS O GLOBALISTAS


Ricardo Vilchez Navamuel

Presidente Donald Trump

Indudablemente el presidente de los EE.UU. Donald Trump, ha puesto en la palestra de nuevo el concepto de “patriotas” enfrentándolo con el de los “globalistas”, al afirmar hace unos pocos días en la Naciones Unidas: “Que el futuro pertenece a los patriotas y no a los globalistas”. Me imagino que hablaba de futuros inmediatos, porque es muy posible que la humanidad en algún momento de su evolución sea globalista, pues todos estamos en este grandioso planeta azul.

Pero la realidad hoy es otra. Nuestro actual sistema mundial, que incluye lo financiero, judicial, político, legal, cultural, soberanía de los pueblos y las diferentes religiones, coincide más con “los patriotas” que con los “globalistas”. Es el modelo que hemos ido implantando poco a poco a través de los años. Nuestros sistemas políticos, sociales, legales y religiosos están totalmente hechos a la medida del concepto de la soberanía de los pueblos, de nuestras diferencias religiosas, de nuestra concepción de independencia, de nuestros conceptos de libertad.  

En el caso del posible  sistema de los globalistas que, aunque en lo fundamental  a uno le puede parecer idóneo, sería un grave error tratar de imponerlo en la actualidad.

Podríamos imaginar que un real sistema globalista, todos los impuestos en el mundo deberían ser los mismos, habría una sola moneda, un solo tipo de pensión universal, -para Costa Rica con 8 sistemas de pensiones diferentes, establecer un solo sistema de pensión no acordado por sindicatos locales sino por directrices mundiales, serían un caos- un solo tipo de ayuda social, los partidos políticos tendrían probablemente otros papeles o desaparecerían,  no tendríamos Sala IV, ni Tribunal Supremo de Elecciones, la soberanía de los pueblos ya no existiría, se extinguiría el nacionalismo y el patriotismo y las constituciones políticas de los pueblos desaparecerían pues habría una especie de Constitución Mundial -Europa hace unos años fracasó con esa idea que viene de hace años. El papel de los gobernantes y de los líderes religiosos seguro que cambiarían.

Sin embargo, lo que sí nos parece conveniente de camino a un real sistema globalista, es continuar con esfuerzos regionales tal y como se viene haciendo en Europa desde hace más de 50 años, es una buena práctica. De esta manera nos acercamos poco a poco, exploramos las diferencias para descubrir las coincidencias, lo que nos puede unir.

Para que ocurra un sistema globalista de verdad, deberemos de cambiar primero nuestra manera de pensar y eso llevará tiempo a no ser que pase algo extraordinario a nivel planetario.


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