10 de Julio
de 2012
Gracias
a una pesquisa que estoy realizando, tuve el placer de recibir de parte de la Editora de la Revista de Ciencias
Sociales de la Universidad de Costa Rica, Sra. María Fernanda Arguedas, un
documento que es una verdadera joya histórica de la fotografía en nuestro país.
Se
trata de un artículo titulado “La Alborada de la fotografía en Costa Rica:
1848-1869. Una contribución documental” del historiador don Guillermo Brenes
Tencio y publicado en el número 113-114 (2006) de la Revista de Ciencias
Sociales.
El
documento completo es invaluable y
meticuloso y nos transporta a la Costa Rica
de ese tiempo a través de sus numerosas notas. En su introducción, muy
acertadamente, menciona al daguerrotipo, primer procedimiento fotográfico sobre
una superficie de plata. Este procedimiento fotográfico se debe a Louis
Daguerre, nacido en Francia en 1787, quien lo desarrolló y perfeccionó entre 1838 y 1840.
Pues
entre las valiosas notas que nos narra
don Guillermo me encontré la siguiente pertinente a los daguerrotipos y que transcribo literalmente del artículo:
“Desde Mediados del
siglo XIX, en el entramado urbano capitalino, abrieron sus puertas varios
talleres fotográficos-improvisados o permanentes- al frente de los cuales se
encontraba un foráneo, que “anuncia” en la prensa al mismo tiempo que realiza
retratos en diversos formatos: daguerrotipos y ambrotipos coloreados o
“iluminados” a mano, en papel al bromuro, en vidrio, en porcelana y en charol.
Gracias a su “don de
gentes”, vende desde primorosos álbumes finamente empastados (importados de
Europa o de los estados Unidos), y un surtido de “fotografías mágicas” (las
cuales al ser descubiertas dejaban ver reproducciones de afamadísimas obras de
arte), hasta tarjetas de visita (retratos hasta donde el personaje suele salir
de cuerpo entero), prendedores, delicadas cajas acolchadas con terciopelo
monocromo o de piel repujada, sortijas, anillos, relicarios y estereoscopios
recreativos.
Y, además, recorre en
carromato – transportando su muestrario y un voluminoso y pesado instrumental –
las prósperas haciendas cafetaleras en los verdes parajes de los alrededores de
lo que otrora fuera la modesta “Villita de la >Boca del Monte”. Según una
carta de don Maurilio Valverde, fechada en enero de 1948, algún daguerrotipista
viajero – cuyo nombre y procedencia se desconoce -, se encontraba en San José
Enero 17 de 1848. El
Padre Cecilio (Presbítero Cecilio Umaña) nos explicó lo que era el retrato,
haciéndonos presente que nada malo tenía su procedimiento y dándonos su permiso
para podernos retratar, lo cual hicimos con mucho miedo mi señora y yo. Todos
se han retratado y las figuras salen de una lata, después de estar parado o
sentado uno al sol un largo rato”.
Solamente
quisiera agregar, que la carta de don Maurilio refleja probablemente el
sentir de todos aquellos costarricenses
que por primera vez se atrevían a hacerse
un retrato y noto, haciendo una comparación, que probablemente ese temor no fue muy diferente del que podemos sentir
cuando manejamos por primera vez un automóvil.
Sobre este tema, la historia de la fotografía en Costa
Rica, trataré de publicar algunas
cápsulas informativas como la que hoy presentamos, pues me parece, pueden ser
interesantes para el público en general. Más
información en mi actual pág. https://www.facebook.com/fotografiaprofesionalcr
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