De Comunica Press -2005
CUMBRES IBEROAMERICANAS
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ANÁLISIS
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La democracia no nos está defraudando
Balance de un siglo |
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Según el escritor sueco Johan Norberg,
Suecia era en 1870, más pobre de lo que es el Congo hoy y la gente
vivía veinte años menos de lo que se vive en la actualidad en los países en
vías de desarrollo.
De acuerdo a “Freedom House”, en 1900
dominaban las monarquías y los imperios, “había 25 países con prácticas
democráticas restringidas” y no había ningún estado al que se le pudiese
considerar como una democracia electoral moderna, similar al menos, a las de
los años 80. En Gran Bretaña al igual que pasaba en Estados Unidos con los ciudadanos
negros, se rechazaba el derecho al voto de la mujer. Para esta misma
fecha, había únicamente 55 estados soberanos. El resultado era, que
solo el 12.4% de la población mundial vivía en esas condiciones. Y el resto de esa población, el 87.6% ¿cómo
lo hacía?
En este mismo año, 1900, en España, las
mujeres seguían careciendo de derechos legales. El 66% de las mujeres
eran analfabetas frente al 47.5% de los hombres. En New York, el 8 de
marzo de 1908, 130 mujeres murieron quemadas por un incendio provocado,
después de tratar de reivindicar mejores condiciones de trabajo. En 1912,
mujeres chinas invadieron el Parlamento para reclamar el derecho al
sufragio. Y no fue sino hasta 1929 que lo consiguieron en Inglaterra.
Después de la segunda guerra mundial y la derrota del totalitarismo nazi se produjo un aumento de los estados democráticos.
En 1948 ocurre algo insólito, casi
imposible de pensar: Costa Rica, un pequeño país de Centroamérica, decreta la
abolición de su ejército. Se empieza a romper un paradigma hasta ese momento
vigente en los estados soberanos y del ser humano.
Por primera vez se contemplaba la
posibilidad de vivir en democracia sin contar con las armas.
En ese mismo año, el 10 de diciembre, una
de las fechas más importantes de la historia humana, se hace La Declaración de los
Derechos Humanos, donde se reconocen por primera vez los
derechos de cada persona sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma,
religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social,
posición económica, nacimiento, o cualquier otra condición, al tiempo que
reconoce el derecho a la intimidad, a la educación, al bienestar y al
disfrute del tiempo libre….
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Hacia mediados del siglo XX había 22 democracias que representaban ya el 31% de la población mundial y se sumaban 21 estados con prácticas democráticas restringidas o democracias emergentes, representando el 11.9% de la población del globo. En total, para 1950, había 80 estados soberanos.
No
hace ni 50 años, desde que la estadounidense negra Rosa Parks se negó a ceder
su asiento a un blanco en un autobús de Alabama y se desencadenó todo un
movimiento en pro de los derechos civiles en los Estados Unidos de
Norteamérica. El sufragio universal llegó a Nueva Zelanda en 1893, Australia
en 1901, Finlandia en 1906, Estados Unidos en 1920, España en 1931, Francia
en 1945 y en Suiza no llegó hasta 1971.
El
estudio clásico de Jeffrey Sachs y Andrew Warner de 117 países entre
los 70 y 80, mostró que “las naciones en desarrollo abiertas tenían una tasa
de crecimiento anual del 4.5% comparado con el 0.7% de los países en
desarrollo cerrados y el 2.3% de las naciones industrializadas
abiertas.
Según
Johan Norberg, de acuerdo con estadísticas oficiales de los distintos
gobiernos, Naciones Unidas y Banco Mundial, todas estas señalan en la
dirección de que la humanidad nunca antes había estado mejor. Un logro
dramático de las tres últimas décadas.
En
los últimos 30 años, el hambre crónica y el trabajo infantil se han
visto reducidos a la mitad en los países en desarrollo. En los últimos 50
años la expectativa de vida ha subido de 46 a 64 años y la mortalidad infantil ha sido
reducida del 18% al 8%. Para el año 2000 ya podíamos contar con 192
estados soberanos. De estos 192 países, 120 están representados por
democracias liberales, algunas de ellas muy frágiles, con las que estamos
moralmente obligados a cooperarar. Como resultado de ésto, hoy podemos
decir que el 58.2% de la población mundial vive en ambientes
democráticos liberales.
En
cuanto al ingreso promedio de los países en desarrollo, tan solo en una
generación, se ha duplicado. De acuerdo a PNUD (Programa de Desarrollo de
Naciones Unidas), en los últimos 50 años la pobreza global ha disminuido más
que en los últimos 500. El número de pobres absolutos (los que viven con
menos de 1 dólar al día) ha disminuido, de acuerdo al banco Mundial, en 200
millones de personas en los últimos 20 años, habiendo crecido la población
mundial casi una treinta por ciento.
En
la Asamblea General
de las Naciones Unidas efectuada en la 8ª sesión plenaria del 8 de septiembre
de 2000, se aprobó la declaración del Milenio que en su artículo 24
dice así: “No escatimaremos esfuerzo alguno por promover la democracia y
fortalecer el imperio del derecho y el respeto de todos los derechos
humanos y las libertades fundamentales internacionalmente reconocidos,
incluido el derecho al desarrollo”.
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Aunque todavía haya algunas personas a las que les cueste creerlo, es indiscutible que la democracia es el sistema de gobierno que ha permitido y a su vez aportado más, para que la humanidad logre una convivencia con mayor bienestar social, económico, paz, libertad y desarrollo humano.
Esto no significa que todo esté hecho y que
estemos completamente de acuerdo en que no debemos de mejorar la democracia.
Al contrario, estos datos nos permiten visualizar, que todavía hay mucho que
hacer que, tal y como lo hemos señalado en otras oportunidades,
la democracia es un proceso, evoluciona como lo hace el ser humano y debemos
hacer todo lo que esté a nuestro alcance para ayudar y enseñar a que
otros Estados logren lo más rápido posible el bienestar para sus
pueblos.
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Excelente artículo te felicito compañero, gracias por compartirlo.
ResponderEliminarQuedo agradecido por el comentario mi estimado amigo.
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